Por Pedro González.-
Querido Ramón:
Te remito esta carta abierta
como socio del Sevilla F.C. que este año cumplirá sus bodas de oro. Y lo hago,
de esta manera, abiertamente, intentando hacerte comprender que es lo que yo
sentí como sevillista, y creo que muchos miles como yo, cuando nos enteramos de
la noticia.
Y lo hago hoy, sábado día 4 de
Junio, después de escuchar y ver a través de la página web del Sevilla F.C., el motivo por el
cual habías solicitado renunciar a tu puesto de Director deportivo de nuestro
Club. Es decir, como si estuvieras contándomelo a la cara. Como si hubiéramos
quedado para decirme el porqué de tu decisión.
He esperado a que las aguas
bajaran mansas tras el arrebato furibundo del ciclón de fuerza 5, que supuso la
trascendental noticia de que te ibas.
He intentado abstraerme de
escuchar o ver nada sobre este asunto hasta que tú no abrieras la boca. Pero no
pude sustraerme a leer la nota dedicada a tu padre que apareció en las redes
sociales, única noticia fiable para mí hasta hoy.
Y es que no me cuadraba nada.
No quería que las informaciones de los periódicos, elucubrando del porqué de tu
marcha, intoxicaran la opinión que siempre he tenido de ti.
Visto lo visto a lo largo de
esos 28 años de tu conexión con el Sevilla F.C., de tu trayectoria como
futbolista y sobre todo de tu carrera como Director Deportivo, no tenía ninguna
duda de que aquí había algo oculto que se nos escapaba a todos.
Las opciones que se manejaban
sobre tu salida, la primera que lo dejabas por problemas personales graves, y
las otras dos, una que hablaba de diferencias entre tú y el Consejo, personado
en José María Cruz, o que tenías unas ofertas mareantes de PSG o Manchester
United, no cuadraban, para nada, con lo que ha sido tu comportamiento y tú dedicación
al Sevilla F.C., y sobre todo, no cuadraba con tu personalidad.
Por eso, este tema ha tenido
tanta trascendencia en el Sevillismo. Por eso, miles de sevillistas se han
sentido mal. Porque Ramón deberías saber, por si no lo sabes, que eres
tremendamente querido por todos nosotros. Porque has encarnado en tu persona
los sentimientos de todos esos sevillistas frustrados, una vez más, viendo la
posibilidad que el más grande entre los grandes de nuestra Historia, se fuera y
dejara un abismo de incertidumbre del porqué lo hacía. Y la sospecha, de que
hubieras argumentado cuestiones personales para después aparecer bajo el manto
de uno de los poderosos, que manejan el vil metal para la compra de lealtades.
No olvido de que eres un
profesional. Que como tal, te has forjado un currículo que no tiene parangón en
el Fútbol Mundial. Ramón, todos sabemos que eres único. Los sevillistas y el
resto del mundo mundial. Y por eso nuestro miedo a perderte.
Y también sabemos qué si llega
el día, Dios no lo quiera, que tu camino con el Sevilla F.C. se acabe y tengas
que tomar otro, lo harás diciendo la verdad. Esa verdad, que estremece por
sencilla, que hoy he visto en la web sevillista. Y, entonces, habrá que abrirte
la puerta de salida. Y la única puerta
de salida para ti, habrá que construirla, enorme, ciclópea, descomunal,
gigantesca, a la medida del más grande, porque no ha habido nadie más grande en
nuestra larga historia.
No sabes cuánto me alegro de
haberte escuchado. No sabes la alegría inmensa que siento de no haberme
equivocado, y como yo, muchos sevillistas que no hemos dudado ni un momento de
que las cosas tenían, por fuerza, que ser de otra manera.
Ramón, ojalá encuentres la
manera de sufrir menos por las derrotas de nuestro equipo. A todos los
sevillistas nos duele de igual manera, pero nadie puede evitar la
responsabilidad que tu asumes. Ojalá encuentres, entre tanta presión, la
independencia y la libertad mental para que te sientas satisfecho y feliz.
Ramón yo te creo. Y de corazón
te digo que hay miles de sevillistas que también te creen. Que te entienden y
que comprenden que estés al borde del colapso. Nadie, en todo el Sevillismo, va
a dudar ahora del porque querías renunciar. Pero muchos vamos a dormir más
tranquilo. No porque hayas decidido quedarte, no porque no hayas dejado dudas
de tu compromiso, no porque hayas dejado claro que no van a quedar secuelas de
este lamentable suceso, sino porque sigues siendo un sevillista como nosotros y
que todavía sabes distinguir lo que representas para el conjunto del
Sevillismo.
Ánimo, fuerza y decisión para
los malos momentos como éste. Pero no olvides, a pesar de todo, el enorme
privilegio que la vida te puso por delante y, cuando eches la vista atrás, te
darás cuenta de que te has currado de lo lindo estar el primero en los
corazones de todos los sevillistas.
Un abrazo.
Pedro González. Socio nº 228
del Sevilla F.C.
