Artículo de José Ramón Yúfera Ginés.
¿Qué partido vieron el pasado domingo los comentaristas de nuestra radio y el primer entrenador? ¿Roto el equilibrio que había tras el enésimo fallo garrafal de un jugador en el medio campo? ¿Qué equilibrio? En el descanso comentaba con mis vecinos de localidad que si el contrincante acertaba en cualquiera de nuestros fallos, que ya los hubo y gordos en la 1a parte, la victoria sería visitante.
Nunca hubo equilibrio, los errores en la entrega y toma de decisiones de nuestros profesionales solo fueron contrarrestados por idénticos desaciertos de los verdiblancos en la 1a parte. Deportivamente, sin entrar en mayores profundidades ¿dónde está el fallo? En una mala calidad futbolística o en un sistema inadecuado. El debate ya está servido, y lo ha propiciado el propio entrenador con sus declaraciones post-partido de ayer. Tras el espejismo contra el FCB avisé entonces de que si se perdía contra el Real Mallorca podíamos estar tres jornadas sin sumar, como así fue. Tras lo del Salto del Caballo a interpelación de periodistas, M.A. ya sembró, medio en broma medio en serio, la duda de si estaría o no en el banquillo para Navidades. Ahora, a primero de diciembre volvemos a estar en idéntica situación, tras el esperpento contra Osasuna, dos derrotas seguidas y, presumiblemente el domingo día siete en Mestalla será la tercera. Ningún equipo de ninguna categoría se puede permitir el lujo de una victoria cada tres derrotas.
Sobre la calidad de la primera plantilla está dicho y escrito todo, la cuestión ahora es si otro sistema puede aliviar algo los defectos considerables que tiene. Anoche, el entrenador dejó caer que ya no sabe qué hacer. Mal asunto, declaraciones así son la antesala de un cese o un "pies para qué os quiero". Señalar a la plantilla es ponerse en su contra, y si no sabe qué hacer es invitar al club a que le abran la puerta. El aficionado ya empieza a cuestionarse si se acertó en éste fichaje, y en el horizonte, los choques contra Real Oviedo y U.D. Levante ya los percibe como trascendentales, no solo para la permanencia, sino para la continuidad del entrenador.
Meses hace que no publicaba, lo hago ahora como en tantas otras ocasiones como un ejercicio de desahogo. Como cualquier sevillista, ya no tengo ni esperanza, ni siquiera en la venidera Junta General de Accionistas del 15-XII-2025. Vamos por la 4a temporada seguida en el filo de la navaja y éste año veo un mayor riesgo de segundazo que los tres anteriores. Una afición desgarrada ya, ve con rabia e impotencia como el club se desangra sin que aparezca siquiera un punto de referencia que sirva de asidero. El Club no tiene líder en ninguna de sus parcelas, ni se les espera.
Esa rabia e impotencia de la afición y de algún jugador al que le duele el escudo, se encauza mal, y nos va a costar caro, porque el lanzamiento de objetos es injustificable, aunque haya provocación de por medio. El Sevilla no es como otros a los que su sanción por idénticos hechos se le rebaja al mínimo. Sobre éste asunto, las sanciones a los clubes por culpa de sus radicales alborotadores debe ir paralela a los futbolistas que, por emplear un lenguaje parlamentario, "inter-actúan" con la grada rival. Ayer, existió la "inter-actuación".
En función de lo escrito en el párrafo anterior, enjuáguense la boca y lávense bien las manos quienes escriben o hablan sobre las diferencias de comportamiento ético entre uno y otro club. No tendría que ser un abonado el SFC quien respondiese a quienes, desde dentro del club heliopolitano, acusan al Sevillismo de falta de Ética, sino alguien de la entidad, pero el club está huérfano.
Cada institución tiene su historia en ésta ciudad y ya no cuela el relato falso y victimista de siempre. No es el Sevilla el que tiene un historial largo de partidos ganados en los despachos, ni de intromisiones en fichajes ya hechos, ni de lanzar palos al césped con riesgo de herir un ojo ridiculizando el hecho "a posteriori" por futbolistas y altos ejecutivos de la entidad, ni de obstaculizar en el Consistorio las operaciones urbanísticas que beneficien al rival urbano, ni de ridiculizar su centenario, ni de alargar los "derbis" agarrándose, denunciando y forzando lo que sea en una clara manifestación de mal perder y solo con la intención de hacer daño: tres titulares sufrieron sanción en la despedida de Jesús Navas, todo un ejemplo de comportamiento ético. Así que, mejor calladitos señores émulos de Emile Zola, que en fútbol las cañas se vuelven lanzas muy pronto, y para Navidades falta aún.
José Ramón Yúfera Ginés
Abonado nº 30 del SFC.
Propietario de siete acciones.
Vocal de la Asoc Pequeños Accionistas del SFCA.
Socio de la Peña Cultural Sevillista San Bernardo.