Los fondos de inversión han
irrumpido con fuerza en el fútbol. Aunque en España casi todo el mundo está
relajado con las cosas que huelen mal, la UEFA no actúa de la misma forma y su secretario,
Gianni Infantino, ha dejado claro que en tales prácticas hay gato encerrado.
El Sevilla le ha puesto la
alfombra a los amigos de Doyen, que han traído a algún jugador que es para
echarse a temblar. Kondogbia es prácticamente el único que se salva de los
pertenecientes a este grupo. Estas son las cuatro poderosas razones del señor
Infantino para prohibir que tales empresas se muevan con comodidad en el mundo
del fútbol:
"En primer lugar,
supone un dilema ético y moral. ¿Es apropiado que una tercera parte implicada
tenga los derechos económicos sobre otro ser humano y que comercie con ese
activo? Esto sería algo inaceptable en la sociedad, y no tiene cabida en el
fútbol. Los futbolistas (al igual que cualquier otra persona) deberían tener
derecho para decidir su propio futuro.
En segundo lugar, debemos
proteger la integridad de las competiciones deportivas. ¿Qué ocurre cuando la
misma corporación posee los derechos económicos de varios jugadores de
distintos equipos? Hay un claro riesgo de conflicto de intereses. El riesgo de
una manipulación de los resultados es algo con lo que la UEFA tiene que luchar, ahora
más que nunca.
En tercer lugar, el modelo
de negocio de los que participan en la propiedad compartida de jugadores se
basa en cambiar de club a los jugadores con frecuencia. Dicho sin rodeos, más
traspasos significa más dinero para los titulares de los derechos, lo que
resulta en inestabilidad contractual y a largo plazo que los ingresos salgan
del ámbito de este deporte.
En cuarto lugar, esta
práctica es claramente incompatible con la filosofía económica y deportiva del
juego limpio financiero, que consiste en garantizar que los clubes puedan vivir
dentro de sus posibilidades. Los clubes no deben depender de las inversiones de
terceros para adquirir jugadores que no pueden permitirse por sí mismos. A
largo plazo, esto no es bueno ni para el club ni para el jugador. Las
soluciones a corto plazo entran en conflicto con las normas y los principios
del juego limpio financiero".