ARTÍCULO DE JOSÉ RAMÓN YÚFERA GINÉS.
Todo lo contrario, temporada para recordar. Serviría si "los gestores" del club hubiesen aprendido algo, pero me temo que no es así, pues es la tercera que le vemos las orejas al lobo, y si de las dos temporadas anteriores no sacaron ninguna conclusión, nada me hace pensar que en la pre-temporada que se inicia mañana hayan aprendido algo. Esa frase hecha de haber vivido una temporada para olvidar que es de uso frecuente entre los periodistas y reporteros deportivos actuales cuando un equipo tiene un mal año no debe aplicarse al SFC, temporada para no olvidar nunca, puesto 17, a un punto del descenso, y hoy, con un equipo de circunstancias jugamos en La Cerámica bajo la presión de alineación indebida gracias a un reglamento hecho para proteger solo a los "cracks" que solo tres en España se pueden costear, y el Sr. Pdte. del SFC sigue peloteando al Sr. Jefe de la Patronal.
En mis varias décadas de abonado he padecido, como todo sevillista de mi generación, cuatro descensos, y en mi caso, y creo que en el de nadie que sienta los colores y haya vivido lo suficiente los tiene en el olvido.
El primero fue en 1968, últimos en una clasificación de 16 equipos. El desastre se venía anunciando desde varios años antes. El club, hipotecado por la construcción del RSP, tenía una plantilla débil. En 1967, la categoría se salvó agónicamente en una promoción contra el Sporting, entonces Real Gijón. La recuperación de la categoría fué rápida con Juan Arza de entrenador. En Junio de 1969 el SFC ascendió en el RSP en partido contra el Mestalla como campeón de una 2a División que por vez primera tenía un solo grupo de 20 equipos.
El segundo que sufrí fue el de 1972, muy traumático. El equipo se desplomó ya antes de terminar la primera vuelta en una competición que ya había sido ampliada a 18. La errónea decisión de contratar a un entrenador que entendía el fútbol solo con la psicología, Dan Georgiadis, llevó al equipo y al club al desastre. Algo muy parecido a lo acontecido éste año con García Pimienta. Tres años se tardó en subir, entremedias un baile de entrenadores contínuo, Artigas, Buqué, Happel... hasta que llegó un presidente, Don Eugenio Montes Cabeza, que entendió bien lo que era necesario para ascender y se rodeó de futbolistas
estilo Pablo Blanco, Rafael Jaén, Juan López Hita, Rivas, Espárrago, Plaza y algunos más y fichó un entrenador que sabía perfectamente lo que había que hacer para subir, Roque Olsen. En Junio de 1975, el SFC tras vencer al Mallorca 2-1 ascendió a 1a como tercero, tras Santander, hoy Racing, y Real Oviedo.
El tercer descenso vivido, el de 1997, como el de 1968, ya se venía presagiando si no por los resultados y la clasificación si por la forma de llevar al club. El caso Nando y la oscurantista transformación de la entidad en S.A derivó en la crisis de los avales de 1995 y la 1a guerra accionarial. Todo unido provocó que dos años más tarde el SFC dió con sus huesos en 2a habiendo fichado a un entrenador que entonces estaba considerado como de los mejores, J.A. Camacho. Dos temporadas costó recuperar la categoría, cosa que se hizo ganando el derecho a promocionar en un derbi regional en La Rosaleda, con todo lo que eso conlleva para nuestro club, tras una competición en la que aún en Abril parecía que el equipo estaba condenado a un nuevo fracaso. La promoción fue contra nuestro anfitrión de hoy, el Villarreal, y se superó la eliminatoria. Aquella noche con el gol de Quevedo 60,000 almas sevillistas se desgañitaron e hicieron temblar con sus saltos de alegría los cimientos de Nervión.
El cuarto descenso fue en la siguiente temporada, la 1999-2000. Desde el verano todos sabíamos la acuciante situación económica de la entidad, la guerra institucional no había concluído del todo a pesar de la salida dos años antes del segundo de los dos nefastos presidentes de aquella época en la histórica JGA del World Trade Center (15-5-1997) y desembarcó el clan de los uruguayos. El entrenador del ascenso, Marcos Alonso, no pudo con la situación y fue cesado en la jornada 27, último clasificado, y sustituido por Juan Carlos Álvarez. Erróneas elecciones de entrenadores y grave situación económica, arbitrajes canallas (¡Ay, aquél día contra el Deportivo de Mejuto González!) propiciaron el hasta ahora último descenso. Fue aquél año cuando comenzó un señalamiento pertinaz de la prensa capitalina contra el SFC que en la primera década del actual siglo sería obsesivo: entradas de oficio del comité disciplinario, rearbritajes, clausuras del RSP, etc... La última jornada de aquél campeonato 1999-2000 hubo de jugarla en el Francisco de la Hera de Almendralejo contra el Rayo Vallecano.
En realidad, los descensos de 1997 y 1999 son fruto de una idéntica coyuntura: difícil situación económica derivada de una mala gestión, guerra accionarial, malas decisiones en el ámbito deportivo (recuerdo el baile de entrenadores que hubo en aquellos años, Camacho, Julián Rubio, J.C. Álvarez, Vicente Miera, Marcos Alonso... igual que en éstas tres últimas temporadas) y una falta de respeto por parte de las instituciones del fútbol al Sevilla como antes no se había visto contra ningún club.
La historia posterior es bien sabida, el trunvirato Alés-Monchi-Caparrós con la economía de guerra, sacó en tiempo record al SFC del pozo. Pero, 25 años después, la historia se repite sobre todo para quienes no aprenden de ella. Mucho me temo que coincidiendo otra vez determinadas y similares causas como las que acuciaron al club entre 1990 y 2000, la temporada próxima veré un 5º descenso, lo que no se es si será el último por razón biológica o porque la situación es tan caótica que haya llegado ya a un punto de no retorno.
José Ramón Yúfera Ginés.
Abonado nº 33 y Fiel de Nervión.
Vocal de la Asoc de Pequeños Accionistas del SFC
Propietario de siete acciones
Socio de la Peña Cultural Sevillista San Bernardo