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sábado, 2 de febrero de 2019

REFLEXIONES SOBRE LA ÚLTIMA HUMILLACIÓN

Escribo desde el enfado y la vergüenza por el resultado copero en la vuelta de cuartos de final de la Copa del Rey, y sé que es mejor hacerlo con la cabeza fría, pero las competiciones avanzan a ritmo vertiginoso y hay que escribir casi sobre la marcha. Han pasado más de 24 horas del desastre y algún tiempo ha habido para analizar la cuestión lo mas objetivamente que las circunstancias lo permiten.
Ni he leído, visto, ni oído nada tras el partido siguiendo mi costumbre en estos casos desde hace ya mucho tiempo de no contribuir a la audiencia de todas las radiofónicas tertulias donde los periodistas se ponen hasta el codo solo para echarse flores a sí mismos, ni a la de chiringuitos con sevillanos graciosos a modo de bufones, ni  a la de programas nocturnos (horas de brujas) orientados al lucimiento de gurús de las ondas que solo sirven a los de siempre. Escrito esto, imagino que toda la "información" post-partido será una loa perpetua sobre una "remontada épica" y fabulosa de los Messi, Suárez, Jordi Alba… hasta de Cillessen, que harán los gozos y delicias de toda la catetería nacional y extranjera que siguen con el babero puesto a uno de los clubes que mangonean las competiciones españolas, además de la catetería local que sigue al otro club de la ciudad y que también tiene su publicidad gratuita en un programa matinal conducido por un excesivamente afamado locutor que recientemente ha fracasado en TV como conductor de un programa.
 Veamos, a priori, caer contra el FCB en una eliminatoria, es normal, muchos lo sabíamos desde el mismo momento del "sorteo", tal y como hace dos años asumimos lo mismo cuando entonces nos tocó el RMCF, pero es el desarrollo de la eliminatoria lo que nos ha escocido. Visto globalmente, un 6-3 contra el FCB es digno. Si la ida hubiese sido en el Nou Camp con el 6-1 y luego el 2-0 en el RSP, se diría que se ha solventado la eliminatoria con dignidad. Pero en fútbol lo que vale es el último acontecimiento, no hay memoria,  solo presente, como bien dijo nuestro presidente D. José Castro Carmona en la cena del 129 aniversario, y lo que duele y escuece es que nos han metido seis en un partido, humillación en regla y lloviendo sobre mojado en el campo de uno de los mastodontes, y especialmente en Can Barça, ¿otra vez? sí, otra vez.
Busquemos atenuantes, un penalti ilegal, otro fallado, postes… cierto, posible alineación errónea o planteamiento inadecuado por parte de Machín, cierto… bajas importantes en la plantilla, cierto…campaña a nivel nacional para una remontada del FCB, cierto… Aún así, que nos metan media docena, media, en un solo partido, atenta al orgullo y dignidad de los sevillistas incluso si se argumenta que hay que pensar en la clasificación para Champions en la 19-20 y que no podemos estar en tres competiciones rindiendo al máximo y por consiguiente se ha entregado la eliminatoria.
Busquemos las siempre odiosas comparaciones o el consuelo del tonto. El FCB ha goleado sonrojantemente en el CNL esta temporada en su estadio al Huesca (8-2) y al RMCF (5-1), sin contar dos 3-0 contra D. Alavés y SD Eibar y el 4-2 que nos endosó el 21-10-18. Y fuera ha goleado hasta la humillación al Español y al Levante. Y en Copa ha pasado goleando a la CD Leonesa en el Reino de León (1-4) y al Levante 3-0 en su estadio. Ha quedado campeón del grupo B avasallando al PSV Eindhoven (4-0) y a todo un Totemham Hotspurs en el Wembley Arena, mientras su nuevo estadio se termina (2-4). ¿Nos sirve esto de consuelo?
Pero como he escrito arriba, llueve sobre mojado, por ceñirnos solo a las comparecencias del SFC en partidos oficiales en Nou Camp en los últimos 15 años (para no cansar al lector con múltiples naufragios en los campos de los otros dos, digamos controladores, de las competiciones españolas) hemos servido de alfombra para el club catalán varias veces. En el CNL, 4-0 en 2009 y 2010, 5-0 en la 2010-11, con el padre Manzano sin enterarse de nada, 5-1 en 2014, 3-0 en 2017 y 4-2 en Octubre de la presente temporada. En la Copa del Rey y en las Supercopas de España y Europa, los resultados han sido algo más alentadores, pero no podemos olvidar lo del  Wanda Metropolitano reciente. Honestamente, creí que aquella tarde-noche de 21-4-18 en esa zona inhóspita de Madrid, sería la última vez que se nos humillaría de semejante manera, que el club pondría los medios para que algo así no sucediera jamás. Ya he comprobado que me equivoqué.
En nuestro estadio, las debacles frente al FCB también se han producido en el CNL, así, hay que recordar el 1-4 de la 2013-14. Si se añaden estos guarismos con los registrados en los choques con los del Bernabéu en uno y otro campo, nos encontramos con severas derrotas de este tipo, y hasta peores, porque algunas, y seguidas, se han producido en el RSP. Para mí fue especialmente doloroso el 5-0 en el Bernabéu, en solo medio tiempo, de Diciembre de 2017, y aún así, no se cesó a Berisso aquélla misma tarde.
¿Qué es lo que ocurre? ¿Psicosis de Messi?, ¿el famoso "miedo escénico"? ¿hemos crecido lo bastante para que los mangantes de nuestras competiciones se tomen super-motivados los choques contra nuestro equipo? ¿Resignación ante clubes que nos triplican en presupuesto? No sabría decirlo, pero no puedo admitir que se diga machaconamente que nos hemos enfrentado al mejor equipo del Mundo. La resignación es lo que el sevillismo no puede admitir y debe evitar ante todo, y es lo que el aficionado, el abonado, barrunta, que hay resignación. Que el 1º de la Liga Santander le haga seis goles en un partido oficial al 4º es para estudiarlo, que el hecho se repita con otros equipos que vayan también bien clasificados y que habitualmente nos encontramos con ligas en las  que el campeón y subcampeón se plantan en 90 puntos sacando por término medio quince, veinte y más puntos al tercer y cuarto clasificado es para una reflexión profunda sobre esto, y no se hace. Ni se denuncia con la suficiente contundencia.
Es hora de insistir sobre aspectos importantes que repercutirían positivamente sobre la pureza e imparcialidad de nuestras competiciones:

1) Conseguir un aún más justo y equitativo reparto de los dineros del fútbol. No debe seguir progresando el argumento de la LFP de que los ingresos mayoritarios del fútbol español procedan del "merchandaising" del RMCF y FCB, por muchas camisetas que vendan en el Tercer Mundo y por muchos chinos que vean sus partidos para justificar tamaña desigualdad. Es un insulto a los abonados y aficiones de los restantes clubs de la LFP y atenta contra el "fair play" financiero.

2) Denunciar el apoyo gratuito, descarado e insultante, que determinados clubes de la LFP tienen en medios y órganos de prensa  e instituciones políticas. Semejante situación, sigue perjudicando la imparcialidad del arbitraje en algunos partidos y contra algunos equipos.  Y por otro lado, hay clubs que no se sabe de dónde sacan el dinero para afrontar la incorporación de estrellas, o su mantenimiento, mientras otros tiene que cuadrar muchos números para ejecutar una operación de "solo" 20.000.000 de €. Es muy fácil actuar contra el Reus.

3) Mantener el uso del VAR, perfeccionarlo y evitar que pueda ser controlado por los colosos del fútbol español.

4) Proponer la urgente reducción del nº de equipos participantes en las competiciones de la LFP, al menos en la Liga Santander y a ser posible hasta 16 de forma progresiva, con lo que se despejaría el calendario para poder afrontar bien las competiciones domésticas y las internacionales.

5) Celebrar verdaderos sorteos del calendario, en Liga y en Copa.

6) Reclamar una auténtica y profunda profesionalización del arbitraje español.

7) Desarrollar una política publicitaria y de "marketing" que aproveche adecuadamente la fama que hemos conseguido fuera de nuestras fronteras.
¿A quién corresponde esta tarea? Al Consejo del SFC y a sus representantes en la LFP y FEF. Pero pasan los años y los años, y solo se ha conseguido que algunos nos igualen, pero nosotros no nos acercamos ni por asomo al duopolio y medio. Lo que palpa el sevillismo es que hay conformismo y resignación. Otro modelo de fútbol profesional es posible, y lo es sin tener que fundar clubes nuevos ni organizaciones paralelas. Basta con martillear ideológicamente y de forma continua en esta idea, hasta que poco a poco vayamos ganando clubes adeptos a la causa, hay que ir logrando poco a poco, que todos aquellos que viven ahora de las migajas del FCB, RMCF y CAM vayan abandonando ese paraguas que solo implica servilismo y colaboracionismo para que las competiciones españolas no tengan aliciente y sirvan solo a los programas televisivos con formato de TV-basura que engordan a base de satisfacer a una clientela cateta que solo apuesta a caballo ganador.
¡VIVA EL SFC!
José Ramón Yúfera Ginés.

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