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domingo, 15 de octubre de 2023

PARA SALIR CORRIENDO

ARTÍCULO DE JOSÉ RAMÓN YÚFERA GINÉS.

Con ésta frase terminé mi anterior artículo en este foro y dada la sucesión de acontecimientos en el club desde entonces me reafirmo en ello. Pero vayamos por partes.

Mendilíbar ¿ha sido su cese precipitado? Según se mire. En mi modesta opinión de viejo abonado si, ha sido precipitado, porque entiendo que añadir más inestabilidad a la que ya hay es perjudicial. Los veteranos, los que en su momento fuimos numerarios, opinamos que la plantilla actual está sobrevalorada, es suficiente para estar tranquilos a lo largo del Campeonato, pero nada más. Y para tal objetivo con sus virtudes y defectos, Mendilíbar está más que capacitado. Pero parece que la Directiva tienes otras urgencias: el equipo debe estar mínimo en Europa para la temporada 2024-25 pues si no las cuentas no salen. Quedar el 8º en la EA Sports no es una opción. Pudiera ello parecer una manifestación de exigencia propia del ADN del club pero nada más lejos de la realidad. Es un claro indicio de una deficiente gestión empresarial. ¿A quién quieren engañar los del Consejo? Disfrazar la necesidad y urgencia económica que tienen con el traje de la exigencia implícita en el ADN sevillista me parece deplorable.

¿Quiénes han colaborado en su cese? Pues varios actores:

La "explicación" de que "gana pocos partidos" la usan no solo el Consejo y su nuevo "dedé" sino una y otra vez los medios locales (seguramente obedeciendo consignas de sus señorones de Madrid) insinuando con ello que un club como el Sevilla le viene ancho al de Zaldívar. Evidentemente, si la urgencia (no el espíritu competitivo) es quedar cuartos en el Campeonato Nacional de Liga (CNL) y pasar la fase de grupos en Champions el argumento vale. El bueno de José Luis concibe el fútbol para un entorno que, lamentablemente, ya no existe: sin prisas clasificatorias, con un mercado que acabe antes del inicio de la temporada, sin tanta presión mediática, jugar solo de domingo a domingo y no en un CNL tan larguísimo.

Sería el fútbol de Juan de Toro, Anís Castellana y las quinielas. Hoy no es nada de eso.

Pero su apuesta futbolística sigue siendo válida. Si se asumiera que en el SFC no hay más cera que la que arde porque las finanzas del club no están para dispendios, mi humildísima opinión es que el defenestrado Mendilíbar es el adecuado. Y no se trata de matar al mensajero como gusta afirmar a alguna alegre pandilla periodística siempre argumentando a toro pasado. Tras el empate del "Philips Stadium" insistían en que el bueno de José Luis gana poco, cierto, pero la imagen fue de pelea, como contra la ADRV en la jornada última. Esa afirmación no encaja con la que ahora prevalece en ellos: la precipitación en el cese del de Zaldívar. Y añado, no fueron pocos los medios (locales y capitalinos) los que exigían en Mayo la renovación automática del veterano entrenador vizcaíno.

Cierto que aparentaba ya pedir su cese a gritos, se le veía a disgusto, entre otras cosas porque determinados futbolistas del plantel parecen haberle hecho la cama, no se si teledirigidos desde la planta noble o de "motu propio", y ahí veo otro actor: una plantilla que evidencia la falta de autoridad de la Directiva. El desaire de Fernando al ser sustituído es intolerable en cualquier club serio por muchas razones que el futbolista tenga. Luego llega otro peso pesado, y en los medios del club se permite el lujo de preguntarse cómo no se salió jugando como en la 2ª parte desde el principio, como el ilustre comentarista que desde hace tiempo valora los partidos del equipo.

Desde la historia del papelito de Acuña contra At. Osasuna en Febrero con Sampaoli en el banquillo, en la plantilla se evidencia una ausencia de autoridad y de jerarquía muy peligrosa, pero mayor peligro entrañaría usar a parte del plantel para echar a un entrenador, ese escenario rayaría en lo mezquino.

Los que ya hemos visto de todo en el SFC barruntamos que la implacable lucha interna de poderes mas temprano o mas tarde terminará en una catástrofe, llámese "segundazo" o algo peor. No es nueva, y cada vez que se ha recrudecido ha terminado como estoy pronosticando y ojalá me equivoque.

Hago un llamamiento a los que solo han conocido los éxitos del siglo XXI para que tengan los pies en el suelo y que no carguen tanto contra entrenadores honestos que no tienen la "labia" de otros cuya fuerza se les va toda por la boca. Su desconocimiento de la historia de la sociedad en la 2ª mitad del siglo XX lleva a la más reciente generación de sevillistas a unas exigencias que no se pueden satisfacer porque en España el CNL lleva décadas manipulado. Conducir al club por encima de sus posibilidades tiene su parte positiva, pero también la negativa si no se gestiona bien: el batacazo económico.

En el peor momento de la historia del SFC, D. Eugenio Montes Cabeza (año 1974) fichó a Roque Olsen para sacarnos del pozo de la 2ª División, y éste lo hizo con un juego sencillo y práctico. Ninguna situación es comparable, pero a quien modestamente escribe, la llegada de Mendilíbar en Marzo le recuerda las dos temporadas que Roque Olsen estuvo al frente de una plantilla que mezcló juventud y veteranía. Se le volvió a llamar en 1989 en la era Cuervas tras el "fracaso" de Javier Azkargorta (otra vez las "urgencias históricas") y tras la  interinidad de Pepe Ortega. Por segunda vez detuvo la caída libre y en picado del equipo.

Y sobre la elección del nuevo entrenador, ese es un nuevo capítulo en esta historia de suspense por entregas en que éste Consejo está empeñado dando más munición al eterno candidato el cual sigue la máxima leninista de "cuanto peor, mejor". A éste señor, una catástrofe de la entidad le importa menos que nada si eso le es útil para recuperar el control del club aunque con ello no haga sino reforzar la resistencia y antipatía a su regreso en la afición. Hoy las "urgencias" son mayores, sobre todo para el Consejo como ya he expuesto. Pero por favor, que abonados, socios, accionistas y peñistas no contribuyamos a las necesidades y miserias periodísticas pues éstas no van dirigidas al beneficio del SFC, sino a la magnitud de su audiencia y a satisfacer el dictamen de sus jefes en Madrid, y no hay ningún Montes Cabeza que ponga al menos la mitad de cordura que él puso en 1974.

Como he titulado, para salir corriendo.

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